El partido adquirió así un aire de valentía, sin los disparos a puerta esperados ante Casillas y Valdés. El Madrid intentó asfixiar a los culés donde se inicia el juego, en la defensa, al Barça le costaba más de lo habitual pasear la pelota de un lado a otro, armar el juego como le gusta, con posesión, porque había respeto, pero si el equipo catalán no encontraba cómo llegar a Casillas, el Madrid no tenía pistas de Higuaín y los mediocampistas, el partido cayó en la apatía, hasta que Xavi se hizo un hueco entre la defensa del Madrid y Messi despertó.
Apareció Messi, hizo de mago con trucos que sólo él sabe hacer y se quedó solo delante de Casillas, a quien ejecutó con limpieza y sencillez luego de una jugada brillante. El Madrid no bajó los brazos, pero tampoco los alzó y dijo ¡Vamos!, llegaron al descanso con la esperanza de que Pellegrini hiciera algo para recobrar la fe que habían perdido sus jugadores.
Ganado el primer tiempo, Guardiola intervino de nuevo de manera eficaz, ordenó a Alves el retorno a su posición de origen y Puyol cambió al lateral izquierdo (poco habitual en él), por otra parte, el chileno no hizo nada, o al menos nada que quienes vimos el partido no esperábamos que hiciera, sacó a Guti (cambio cantado) y luego a Raúl y a Benzema para que sus jefes no se quejaran de que no arriesgó. Las únicas estrellas a esa noche oscura las puso Guti, pero eso es algo que lleva haciendo 15 años con la camiseta del Madrid, fue el único que destacó.
Con Guti, los blancos perdían marca y arriesgaban más. Poco a poco el Barcelona se fue pareciendo más a sí mismo, de ahí al final, el partido no tuvo otro dueño, luego del descanso los culés salieron decididos a solucionarlo todo, fue entonces en el minuto 57 de partido, cuando Xavi, nuevamente, regaló otro fenomenal pase, esta vez a Pedro para que batiera a Casillas.
Lo que vino de ahí al pitazo final fue una lucha desesperada del Madrid contra su destino y sus limitaciones, Cristiano lo intentó sin ningún acierto, mucho individualismo (algo que ha mejorado), de Higuaín nada, Guti destacó y Benzema y Raúl apenas mejoraron lo que ya había. Consciente de que había cumplido su parte, el Barcelona siguió tranquilo y pudo hacer más grande la cuenta, pero ahí, como siempre, estaba Casillas para convertirse en el mejor jugador de su equipo, sí otra vez Casillas fue el mejor y sí otra vez volvió a perder el Madrid contra el Barcelona, es una realidad que hoy los culés son realmente grandes.
jueves, 15 de abril de 2010
lunes, 12 de abril de 2010
Clásico Blaugrana (Primera Parte)
Indiscutiblemente, el Barcelona fue superior al Real Madrid en todos los aspectos, duele reconocer que a este equipo le falta confianza porque calidad tiene de sobra, le falta esa chispa para concluir en buena forma los partidos importantes, esos partidos que deciden títulos, de los cuales el Madrid esta temporada, con un gran proyecto, no ha conseguido ninguno de los tres por los cuales peleaba y se aferra a su última esperanza, ganar La Liga.
Diez de la noche en la capital española, buenos augurios, buenas sensaciones, a punto de comenzar el gran clásico del mundo, en un estadio imponente que ensordecía a más de uno con sus cánticos e intentaba atemorizar a un rival que lo que menos hizo fue tener miedo.
Al Barcelona no le hizo falta recurrir a la exhibición para frenar al Madrid en un partido profesional y práctico, sin muchos malabares. El ingeniero Pellegrini fue un quiero y no puedo frente a un Guardiola ambicioso y decidido; durante el partido quiso quitarle el balón a los blaugranas, pero sin resultado alguno, siempre fue así.
Guardiola, es sumamente inteligente, sus intervenciones son importantes en el planteo. El Barcelona no es sólo un equipo, es una idea de fútbol, es un sentir y a partir de una idea irrenunciable, su técnico, responde con imaginación ante cada problema. Salió con Alves de extremo supliendo la baja de Ibrahimovic, la ausencia de Henry y la transparencia de Iniesta; así es Guardiola, directo y eficaz, capaz de mantener el esquema táctico, con otros nombres, pero con la misma capacidad de resultado.
Con Alves en la orilla derecha del ataque, el Barça pretendía evitar que Cristiano se sintiera libre por esa acera a espaldas de un lateral ofensivo como el brasileño, también Marcelo tenía un tapón inesperado, si intentaba subir, allí estaba Alves, pasados 20 minutos, Cristiano, quien no pasaba a Puyol, prefirió encarar a Maxwell en el otro costado, Higuaín no sabemos si estuvo, lo suyo es el gol, si no hay gol, no hay Higuaín.
Continúa...
Diez de la noche en la capital española, buenos augurios, buenas sensaciones, a punto de comenzar el gran clásico del mundo, en un estadio imponente que ensordecía a más de uno con sus cánticos e intentaba atemorizar a un rival que lo que menos hizo fue tener miedo.
Al Barcelona no le hizo falta recurrir a la exhibición para frenar al Madrid en un partido profesional y práctico, sin muchos malabares. El ingeniero Pellegrini fue un quiero y no puedo frente a un Guardiola ambicioso y decidido; durante el partido quiso quitarle el balón a los blaugranas, pero sin resultado alguno, siempre fue así.
Guardiola, es sumamente inteligente, sus intervenciones son importantes en el planteo. El Barcelona no es sólo un equipo, es una idea de fútbol, es un sentir y a partir de una idea irrenunciable, su técnico, responde con imaginación ante cada problema. Salió con Alves de extremo supliendo la baja de Ibrahimovic, la ausencia de Henry y la transparencia de Iniesta; así es Guardiola, directo y eficaz, capaz de mantener el esquema táctico, con otros nombres, pero con la misma capacidad de resultado.
Con Alves en la orilla derecha del ataque, el Barça pretendía evitar que Cristiano se sintiera libre por esa acera a espaldas de un lateral ofensivo como el brasileño, también Marcelo tenía un tapón inesperado, si intentaba subir, allí estaba Alves, pasados 20 minutos, Cristiano, quien no pasaba a Puyol, prefirió encarar a Maxwell en el otro costado, Higuaín no sabemos si estuvo, lo suyo es el gol, si no hay gol, no hay Higuaín.
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